jueves, 31 de marzo de 2011
Un respiro
Es tarde, siento frío y voy caminando mientras observo como va despareciendo el atardecer, el sol ya no se vislumbra y solo veo como el cielo se parte en dos, oscuridad y luz en lados contrarios, las nubes se acomodan en forma acogedora, un paisaje verdaderamente digno de recordar. El aire corre a gran velociad y la brisa del mar me da escalofríos, más sin embargo lo siento extremadamente cómodo, con ganas de quedarme a apreciar como la luz se va y todo queda en oscuridad, solo los faroles alumbrando espacios. Las personas pasan en multitud, cada una por su lado, van en grupos hablando entre ellos, disfrutando de la compañía o recordando momentos, otras personas van con seriedad, y otras,... se denota que tuvieron un mal día. Es tarde y no quiero irme, quiero llegar con esa persona, pero algo me detiene, siento nervios y se que no es un buen momento, quiero llegar a casa y descansar, ya que mañana me espera un día más, he estado tanto tiempo ausente de algunas cosas que me encantaría todo fuera como antes, pero de igual manera, el nuevo ritmo de vida me sienta algo bien. Es tarde y solo pienso en estar a su lado, en que estará haciendo, en que estará pensando.... como se sentirá, de repente me llega un presentimiento extraño, pero no me sorprende. Sigo caminando y alguien me habla, dejo a un lado mis pensamientos y me centro en lo que dice.
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