Hace tiempo iba caminando por un prado muy hermoso, había muchos insectos y reptiles, y todo era tan pacífico...no me di cuenta de la dirección que había tomado, ya que era difícil saberlo entre todos esos árboles y esa niebla, hacía mucho frío y mis manos estaban algo rígidas, al ir buscando una fuente de calor me encontré con un pequeño zorro herido, lo vi y me dio pena verlo ahí, lo cargué y lo lleve a un río cercano para lavarle la herida, fue un poco incomodo, ya que el pequeño me tiraba zarpazos y me veía con amenazas. La herida no era muy profunda así que solo le puse una venda y lo deje libre. El pequeño zorro me vio con incertidumbre y se fue siguiendo el rastro de su familia.
Seguí mi camino en ese frío de una tarde de Septiembre, y me sorprendí al ver que el sol se ponía y no daba yo para ningún lugar. Encontré una cueva y me metí dentro esperando lo peor. Al caer la noche me acosté a dormir en el suelo frío y con hambre, esperando que amaneciera pronto para poder salir de ese lugar, pero en la madrugada me despertó un ruido, no sabía que era ese sonido tan extraño, me levanté muy deprisa y sin dudarlo salí de la cueva y me adentré en el bosque, todo estaba oscuro y el sendero solo estaba iluminado por la luz de la luna, hacía mucho frío, más que en la tarde y me apresuré al lugar donde había visto al pequeño zorro, ya que presentía algo mientras más me acercaba al lugar, en aquel lugar me encontré a un joven, parecía dormido sobre una meseta formada por rocas, así que sin hacer mucho ruido me acerqué a él y vi su brazo el cuál esteba vendado con la misma venda y en el mismo lugar que mi zorrito.
No me molesté en despertarlo y seguí mi camino sabiendo que no era necesario y mi presentimiento no era erróneo, para mi suerte no me equivoqué ya que al amanecer me di cuenta de que estaba caminando en círculos y llegué de nuevo al lugar donde había visto al joven, aunque el ya no se encontraba y yo, por mi parte no me sorprendí.
En ese momento sentí algo entre mis piernas, fijé mi vista en el suelo y vi al zorro frotándose contra mi pierna, me vio y alargó su cabeza hacía mi esperando que lo acariciara, eso hice y para cuando me di cuenta ya lo tenía entre mis brazos de forma inerte... había muerto.
Después de dejar su cuerpo en el lugar que lo encontré me di cuenta que había algunos árboles marcados que no estaba así en un principio, comencé a seguirlos sin dudar ya que me di cuenta que eran marcas de arañazos. Seguí caminando hasta llegar a un desfiladero donde había un pequeño camino hacia abajo y terminaba en un pueblo pesquero a la orilla de un mar, me alegré y llegué a ese pueblo pero cuando me di cuenta que nadie hacía caso a mi llegada comencé a recordar, simplemente... en realidad nunca salí del bosque, al menos no viva, solo era yo ahí, un alma en pena vagando por la oscuridad del bosque y todo lo que viví solo era un sueño creado por mi mente devastada y mi sentimiento de culpa, nunca debí entrar a ese bosque y mucho menos con la finalidad de destruirlo…
Vaya casualidad! tu primer post lo publicaste el día de mi cumpleaños xD
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